El huevo de 100 años tiene una textura gelatinosa y traslúcida, similar al flan. Su color puede variar desde marrón oscuro hasta verde, dependiendo del tiempo de fermentación. A menudo se envuelve en una pasta de barro para retener su humedad.
El sabor del huevo de 100 años es complejo y difícil de describir. Es salado, ligeramente agridulce, con un toque amargo. Algunos lo comparan con un queso fuerte o un producto fermentado como el kimchi.
1. El huevo de 100 años en realidad no tiene 100 años, pero se llama así por su largo período de fermentación, que puede durar desde varias semanas hasta varios meses.
2. Su elaboración consiste en dejar reposar el huevo en una mezcla de ceniza, té, sal y cal, creando un ambiente anaeróbico que favorece la fermentación.
3. Aunque el huevo de 100 años suele considerarse una curiosidad culinaria para los extranjeros, es muy popular en China y otros países asiáticos, donde se come como snack o se añade a determinados platos.
4. A pesar de su sabor único, el huevo centenario también es conocido por sus beneficios para la salud. Es rico en proteínas, vitaminas y minerales.
5. Además de su consumo directo, el huevo centenario también se utiliza en diversos platos, como fideos, papillas y ensaladas.
6. Debido a su largo y complejo proceso de fabricación, el huevo de 100 años se considera un alimento de lujo y, a menudo, se regala durante festivales y ocasiones especiales.
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